Solo los que están dentro de un equipo saben el esfuerzo y lo duro que es un ascenso, lo mismo que son casi los únicos que ven que todo el trabajo realizado durante un año puede llevarles al descenso. En el deporte estamos muy acostumbrados a estas cosas, y las alegrías y las tristezas forman parte del pan nuestro de cada día.
La alegría que hoy tienen Ángel Alonso, Luis Narro, Sonia Ortiz-Villajos, Susana Bercianos, José Antonio Domínguez y las verdaderas protagonistas:
N.º 4 – María Muñoz
N.º 5 – Eva Mª Rubio
N.º 6 – Mª del Mar Alonso
N.º 7 – Mª Ángeles Vega
N.º 8 – Soraya Hervás
N.º 9 – Ruth Alcaide
N.º 10 – Leila García
N.º 11 – Blanca de Felipe
N.º 12 – Marta Pilar García
N.º 13 – Carla Díaz
N.º 14 – Alicia Martín
N.º 15 – Arantxa Pérez
N.º 18 – Noelia Álvarez
N.º 19 – Patricia Elízabeth García
Es lo que realmente compensa esos cientos de horas de entrenamientos, partidos, desplazamientos, cansancio, sinsabores, discusiones, lesiones, dolores por todo el cuerpo y pensar que estamos ahí, sufriendo en muchas ocasiones, para un objetivo final doble, por un lado divertirse haciendo deporte, pero también saber que se puede llegar a más, a medirse con los mejores, y que ello conlleva un trabajo y una dedicación que no todos son capaces de ver.
Ahora llega el momento de las fotos, de la alegría, de la emoción, pero debemos saber que antes de todo eso ha habido tristezas, momentos de rabia y grandes dosis de incertidumbre por no saber si el camino que se estaba siguiendo era el correcto.
De todos modos, todos los protagonistas que hemos mencionado saben que en estos momentos esos malos ratos quedan en el olvido, y que el ser humano tiende a obviar los recuerdos negativos, porque las endorfinas que nos ha generado la alegría del triunfo, del ascenso, supera con creces todo lo anterior, y solo queda una conclusión: ha valido la pena todo ese esfuerzo.
¡Enhorabuena equipo! Os lo merecéis. Y gracias por haber trasmitido alegría e ilusión a unas cuantas decenas de aficionados del Juande, y porque nos habéis llevado al lugar en el que por tradición y cantera nos merecemos estar.