Siempre nos han dicho que debemos vigilar los alimentos con grasas, que no comamos hidratos de carbono por la noche pero… ¿Qué pasa con los azúcares? Presentes en gran parte de los alimentos cotidianos, son más perjudiciales que otros ingredientes. Cuando comemos algo muy azucarado, las papilas gustativas, el intestino y el cerebro reciben la noticia.

Esta activación del sistema de recompensas no difiere de la forma en la que los cuerpos procesan sustancias adictivas como el alcohol o la nicotina; una sobrecarga de azúcar dispara los niveles de dopamina y genera más ansias. Nicole Avena explica por qué los dulces y las golosinas deben ser disfrutados con moderación.

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